¿CHILE QUIERE O NO TENER GANADERÍA?

La discusión sobre el tema se ha dejado sentir. Diversos lecheros nos han felicitado por exponer el tema sobre la pista. Nos han solicitado ejemplares. Otros han visto en esto una politización, en una revista que ha tenido un sello históricamente técnico, lo cual no es efectivo, por cuanto desde los inicios hemos dado espacio a todo el mundo gremial y político, sin importar la bancada de los entrevistados. Así, han estado en portada el Senador Alberto Espina, José Antonio Galilea, como ministro de Agricultura, Joe Lopez, agregado agrícola de Estados Unidos en Chile. En páginas interiores, el Senador Hernán Larraín y Jaime Naranjo, en fin, porque entendemos que la ganadería está inserta en una economía social de mercado y esto significa que son variados los actores que están influyendo sobre la historia ganadera, que hoy acusa un golpe al hígado que la tiene a medio morir saltando, con riesgo de knock out, y como medio estimamos que es necesario exponer el tema a la comunidad para incentivar una discusión con altura de miras.
En tal sentido, exponemos el pensamiento de tres personas inmersas en el mundo ganadero, que no pudieron aparecer en el número de marzo.

Horacio Contreras. Médico Veterinario. Universidad de Chile email:horacio.contreras.c@gmail.com

Lo que piensa un profesional de Bío Bío

Los productores lecheros en general han internalizado con los años y décadas en el rubro, la existencia de una ciclicidad en los precios recibidos por la leche entregada a la industria, asociada a las fluctuaciones de los precios internacionales. Lo que no es posible saber de antemano, a qué nivel caerán o subirán los precios en un ciclo determinado y algo muy importante, cuánto tiempo se mantendrá un precio alto y especialmente cuánto tiempo perdurará una caída. En la espera de un repunte de los precios se puede producir una descapitalización importante, en un proceso lento pero sostenido que en sus primeras etapas puede pasar desapercibido si no hay una buena gestión administrativa y financiera, terminando en muchos casos, con la pérdida del capital de trabajo e incremento del nivel de endeudamiento. Esta situación es mucho más crítica cuando la empresa agrícola es mono productora, es decir, solo produce y depende de las ventas de leche. En ésta ocasión, el ciclo ha tenido una profunda caída iniciada en Marzo de 2014, que se mantiene hasta la fecha, aunque se ha insinuado hasta ahora una mezquina recuperación, al menos en el precio interno que reciben los productores proveedores de una parte de la industria.

Caída de la masa
Como Médico Veterinario asesor de predios lecheros y de carne en la Región del Bío-Bío, iniciando mis actividades profesionales a mediados de la década de los 70´s, puedo señalar que la caída de los predios lecheros en ésta zona ha sido dramática. Si consideramos solo dos plantas receptoras de leche en la zona de Los Ángeles de ésos años, una de ellas Cooperativa, recibía la producción de alrededor de 250 lecherías, en tanto que la otra, una empresa transnacional, recepcionaba la leche de sobre 1.200 proveedores. En la actualidad, solo subsisten de ambos poderes compradores, alrededor de 120 productores. En lo personal, de ser asesor de sobre 20 predios lecheros y unas 4000 vacas, hoy solo soy responsable de 4 rebaños con 1560 vacas. Casi la totalidad de las faltantes han desaparecido como lecherías y hoy son solo predios agrícolas y  uno que otro tiene ganadería de carne como recriador y engordero. Sin embargo, al revisar las estadísticas de recepción de leche en la zona publicadas por Odepa, no se observa una caída tan notoria debido a la concentración de la masa lechera en algunos rebaños que han visto incrementar notablemente el número de vacas en ordeña, sumado a la instalación en la zona de una megalechería asociada a inversionistas del retail, con una masa que llegó en un momento a cerca de 6500 vacas en ordeña. La mayoría de los rebaños lecheros han terminado su gestión en los últimos 10 a 15 años, fenómeno que ha continuado hasta el presente y se vislumbra que continuará en el futuro inmediato. En nuestra zona de agricultura intensiva, muy diversificada, compite con mucha ventaja con la producción de leche, actividad que requiere gran demanda de gestión administrativa y financiera, con retornos que no compensan ni por mucho, una actividad intensa los 365 días del año, en términos de margen neto por hectárea dedicada a la actividad.

El suelo
El uso del suelo de aquellos predios que abandonaron la lechería pasó a cultivos anuales tradicionales de contrato como remolacha, achicoria y trigo candeal, con precios conocidos antes de sembrar. También se incluye algunos otros cultivos anuales sin precio preestablecido como trigo de pan,  maíz para grano seco y grano húmedo, aprovechando la experiencia lograda con la siembra para ensilaje y grano húmedo que aprendieron siendo lecheros. Gran importancia adquirieron otros cultivos anuales de contrato como semilleros, con precios preestablecidos como el caso de Canola, Maíz, Maravilla y Porotos. Muy importantes también ha sido el establecimiento de berries y frutales mayores. La gran superficie forestal de la Región no ha competido en gran medida con los predios que fueron lecheros ubicados sobre suelo de riego sino más bien con los suelos de secano que fueron tradicionalmente dedicados a granos como trigo, avena, raps, triticale y ganadería de cría. Ultimamente han ingresado los frutos de nuez con gran impulso como son el avellano europeo especialmente y el nogal aunque en menor superficie. Respecto del uso del suelo en bosques, se ha comenzado a dar la situación que, dada la caída de la celulosa y la madera en el mercado internacional, el negocio a mediano y a largo plazo de eucaliptus y pino insigne respectivamente, ha dejado de ser una inversión atractiva, lo que ha llevado a aquellos suelos de mejor calidad y susceptibles de regar en forma tecnificada,  a reincorporarlos a la agricultura. Sin duda que los altos riesgos de incendio a que se encuentran los bosques además, continuará desincentivando la replantación de los mismos cuando existan alternativas más rentables. Los viñedos han sido una alternativa para el uso del suelo en la zona aunque no han tenido un crecimiento notable como los berries, frutales mayores y frutos de nuez.

Es caro salir y es caro ingresar
La actividad lechera como negocio tiene un alto umbral de inversión que dificulta su ingreso por una parte. Su atractivo del pasado para el sector agrícola, cual era la generación de flujos de caja mensuales respecto de los cultivos anuales con un solo flujo anual, ha ido perdiendo importancia. Ello debido a que el mejor acceso a financiamiento bancario por una parte y, en mayor medida, el gran aporte del retail agrícola, con el financiamiento de los insumos a la cosecha, ha resuelto el problema de antaño cuando no había capital operacional propio y que persiste aún hoy en gran parte de los medianos y pequeños agricultores. Por otra parte, los productores han ido acumulando una desconfianza creciente  con la industria por la forma arbitraria y muchas veces imprevista e impredecible con que maneja unilateralmente los precios que, al comparar con otras alternativas con contrato de precios conocidos previamente, se consideran ninguneados por la industria. Si agregamos a ello la crisis generada cuando el alza notable del precio internacional de la leche iniciado el otoño de 2013, que se mantuvo por un año y que no fue traspasado por la industria nacional a los productores chilenos, generó una exacerbación de la desconfianza que terminó en indignación cuyas consecuencias se mantienen hasta el presente. Desde mi punto de vista, éste hecho y lo visto hasta el presente en ésta relación productor industria, ha marcado un hito en la historia de la actividad que, sumado a otros factores, me hacen pensar que se ha llegado demasiado lejos en ésta difícil relación que explica el retiro de muchos productores, que otros lo estén pensando y ello no tiene vuelta atrás. El hecho que la pérdida de valor de importantes activos de la actividad ocurra al retirarse de ella, retiene a muchos productores y puede explicar un retardo en la toma de la decisión, es el alto umbral de salida que también tiene éste negocio. Por otro lado, estudios realizados en el país, demuestran la alta edad  promedio de los propietarios de lechería, que en la mayoría de los casos, no tienen un respaldo familiar para el relevo, cuando las nuevas generaciones ven en la actividad un rubro complejo y de baja rentabilidad, con dificultades en el manejo del personal, del cual depende fundamentalmente la ordeña, rutina que requiere dedicación prolongada en horarios complejos y ambiente extremo que cada vez menos personas están dispuestos a realizar. Ello explica una cierta popularidad que está adquiriendo lentamente en el país la ordeña robotizada, incluso en rebaños pastoriles. Muchos productores, tengo la impresión, se mantienen en el rubro porque no se animan a cambiar o no ven claramente alternativa para el uso de su suelo, pero claramente no están confortables. Casi podría pensarse que la industria lo sabe y se aprovecha de ello. Pero ahora, se les pasó la mano…… Cifras de gestión de costos llevadas por muchos predios del sur del país en forma profesional, ya muestran los resultados negativos de la actividad del 2015, perjudicada con una sequía que tuvo una segunda versión al año siguiente, lo que sin duda ha agravado el cuadro a mi juicio, nunca antes visto, al punto que productores de una importante cooperativa muestran cifras negativas que solo mejoran en parte, en alguno de ellos, con la reliquidación anual de las utilidades industriales.

El cambio climático
No cabe duda que el cambio climático está trayendo nuevos aires para la actividad agrícola del Centro-Sur del país. Como ya lo indiqué con anterioridad, al iniciarme profesionalmente como Médico Veterinario en la zona de Los Ángeles a mediados de la década del los 70, era impensable el cultivo de la alfalfa en Bío-Bío y mucho menos el maíz para ensilaje. Hoy, no es posible concebir económicamente la actividad ganadera de leche o carne en la zona si no se cuenta con ensilaje de maíz que, en términos de materia seca, su costo resulta más ventajoso que el kilo de Materia Seca de la pradera del sur. Ello es posible por los altos rendimientos logrados con buen manejo de 24 toneladas de materia seca /Há. Si a ello sumamos una ballica anual intercalada en la misma superficie del maíz durante el otoño/invierno, aumentamos en 9 a 10 Ton./MS/há. adicionales. Si a lo anterior sumamos alfalfa unas 16 a 18 Ton./MS/Há al año, podemos ser competitivos con la producción lechera y de carne del sur. Todavía tenemos el grano de maíz húmedo al que cualquier productor tiene acceso a producir y guardarlo para el año completo a un costo competitivo. El problema está  que el suelo renta más en otros cultivos. El cambio climático permitirá a la agricultura del sur tener crecientes alternativas que pueden poner en jaque la producción lechera, al menos , en términos del crecimiento esperado que, en algún momento se pensó podría llegar a doblar la producción lechera nacional al 2020. Estamos lejos de ello y cayendo en producción y en masa ganadera. Si los productores del sur no se atreven a tomar otras opciones, habrá quienes lo hagan por ellos.

La pérdida del doble propósito
Dificulto que en una economía de mercado abierta al mundo como la nuestra, a pesar de los nuevos aires de proteccionismo y aislacionismo que parecen venir, políticas centralizadas puedan revertir la situación de la producción ganadera nacional. No están dadas las condiciones para que un cambio de timón con un fuerte incentivo para la producción ganadera resuelva el problema en el corto o mediano plazo. Es más, el actual estado de la economía nacional no tiene los recursos para ello ni los tendrá en los años inmediatos. Creo que solo los productores eficientes, lecheros y/o ganaderos, podrán sostenerse por el momento.
Solo precios mejores, tecnología de riego donde hay, menores costos eléctricos que se están dando, podrían ayudar. Sin embargo, si se lleva riego tecnificado donde antes no había, se amplían las posibilidades en el uso del suelo, la lechería  tendrá competencia. Sí creo posible que ayude a mantener la ganadería el hecho que los predios se puedan diversificar y no sean mono productores de leche o carne.
Por otra parte, me parece que ha sido un error llevar la lechería del sur hacia un tipo de ganado que perdió su aptitud carnicera o doble propósito. En el pasado, si la leche estaba en ciclo de baja, se salvaban con la carne. Hoy pocos lo pueden hacer y menos si han introducido genética de razas pequeñas de altos sólidos para hacerle el juego a la industria. No hay que olvidar el efecto económico en el rubro lechero del valor residual de la vaca y el potencial de sus crías machos. Con las razas pequeñas, ambos factores son desperdiciados. Salvo que las pautas de pago de leche sigan cambiando drásticamente hacia los sólidos, hasta hace poco, según estudios nacionales usando las diferentes pautas de pago, todavía era más rentable una producción de leche con mayor volumen y niveles de grasa más proteína igual o ligeramente superior a 7%. Por último, dos factores adicionales creo que pueden sí hacer la diferencia en estimular la actividad ganadera y la lechera en particular. Uno es la integración vertical por medio de la asociatividad de lo cual ya se ha estado conversando. Lo segundo, es la producción con contrato de precio estipulado a 2 años por lo menos y renegociación, con el fin de darle algún grado de estabilidad al negocio.

¿Cultura ganadera?
Mi opinión es que sí tenemos una cultura ganadera. De hecho, los pequeños y medianos productores manejan el mayor porcentaje de la masa ganadera nacional por lo menos hasta el último Censo Agropecuario de 2007. Los pequeños productores siempre tienen ganado como un activo de alta liquidez, el ganado es su alcancía, su banco. Lo que sí creo que ha estado ocurriendo, es que los sucesivos tironeos de la cadena productiva han repercutido siempre con mayor fuerza en el eslabón basal de la misma, lo que ha llevado, como lo hemos señalado a que la gente se canse y se retire o pierda interés en el negocio, de modo que cada vez van quedando menos productores y algunos crecen, como ha ocurrido en otros países. Pero de nuevo, nuestro clima y suelo en el Chile agrícola, cada vez está permitiendo nuevas alternativas, hasta el agroturismo con mejor clima en los lagos del sur, cuyas riveras terminarán con hotelería al nivel de Puerto Varas o Villarrica y Pucón.

El modelo
El modelo económico de libre mercado imperante deja en manos de la oferta y la demanda el uso de los bienes de producción. El acceso a la información con las tecnologías de comunicación de lo cual somos campeones en Sudamérica, nos está dejando cada vez con menos gente en el campo. No siempre el problema es de ingresos sino más bien de comodidad.  La gente que va quedando y que les guste el trabajo, hay que capacitarla bien para que rinda y sea eficiente de modo que hagamos lo mismo con menos personal y bien remunerados. Los otros que quedan en la actividad y no se superan y/o no están a gusto, hay que cambiarlos de rubro. No hay que olvidar que en la actividad ganadera, especialmente la de leche y más si es intensiva, la mano de obra es el segundo costo más importante después de la alimentación por litro de leche producido. La autoridad no es responsable, es el mercado y solo debiera intervenir si hay distorsiones o malas prácticas como ha ocurrido. No va intervenir un mercado que genera productos de la canasta básica que puedan resultar más caros y afecte a los consumidores y al IPC, a menos que se demuestre, como dije, alguna distorsión. Seremos menos en el campo por lo que tendremos menos peso en la opinión pública si no nos preparamos. No nos vendrán a solucionar nuestros problemas desde el Estado, por el contrario, a veces nos complican en forma indirecta dado que muchas resoluciones se adoptan solo pensando en el mundo urbano.

La potencia ganadera
Nuestra superficie agrícola como país es reducida. La ganadería de carne en particular y la lechera pastoril requiere de grandes superficies para cumplir con las demandas de pasto. No tenemos grandes superficies como otros países por lo que no veo que nos podamos transformar en una “ potencia “ ganadera. Mi experiencia de décadas me indica que hemos mantenido una masa estática y que para peor ha disminuido en cerca de un tercio en los últimos años. Ello prueba que la actividad no es que no tenga seguidores o no sea atractiva, pienso que lo es en sí, pero el problema es que no tiene la rentabilidad que debiera. No olvidemos los años de cifras rojas que mantuvo hasta hace poco  la actividad de vacas de cría, fueron años de pérdidas que hicieron desistir a muchos y parte de ello es la explicación de la baja en la masa ganadera. Hoy, el alto valor del ganado de reposición para recriadores y engorderos, puede atraer a criadores. Por lo demás, los pequeños y medianos propietarios, especialmente los primeros, como lo hemos señalado, se han mantenido en la actividad por representar ésta un activo de alta liquidez al cual pueden recurrir en casos de necesidad de efectivo. Por lo tanto, hay y habrá interesados en la actividad ganadera especialmente de la IX Región al sur. Por otro lado, las exportaciones de ganado en pie que se han producido los dos o tres últimos años con cierta frecuencia, pueden crear un incentivo, aprovechando nuestras condiciones zoosanitarias competitivas.

La bota forestal
No cabe duda y lo vi en mi zona, la actividad forestal, en amplias zonas del país le quitó terreno a la ganadería. Pero si ello ocurrió, es porque el propietario del suelo agrícola dedicado a la ganadería estuvo dispuesto a vender y si vendió, fue porque su actividad no tenía una rentabilidad que hiciera el negocio atractivo. Los propietarios capitalizados en suelos de secano que han persistido en la actividad en Bío-Bío, se mantienen con agricultura de producción anual de granos, incursionaron en la actividad forestal sin vender sus suelos, plantando aquellos con menos aptitud agrícola y solo algunos de ellos mantienen algo de ganadería, pero éstos casos representan una mínima superficie en medio de grandes extensiones de bosques de pinos y eucaliptus. Por lo demás, la superficie forestal tiene en una etapa la posibilidad de mantener una masa ganadera en baja densidad que aprovecha el pasto que crece bajo el rodal antes que el bosque se cierre. Personalmente tuve la experiencia durante 10 años de trabajar en el manejo de un importante rebaño bovino y también ovino, manejado en predios forestales de una de las importantes empresas del país, con buenos resultados. Los animales permiten mantener el bosque más limpio de pastos, malezas y deshechos forestales, minimizando el riesgo de incendios y, de acuerdo a trabajos neozelandeses, incrementar la producción de metros cúbicos de madera por hectárea en bosques manejados con un sistema silvopastoril en sus primeras etapas de desarrollo. La actividad forestal no ha derrotado a la ganadería, ha sido el mercado y la rentabilidad del uso del suelo. Lo que sí debemos destacar, es que aquella tuvo la ventaja del decreto 701 que bonificó por años el costo de plantación, bonificación que no tuvo la ganadería y esto no tiene que ver con el mercado sino que con las políticas públicas. A ello se debe la potencia forestal actual de nuestro país. Podría haber algún día un decreto que permitiera el desarrollo de la ganadería …..

Trabajo y riqueza
La respuesta es clara. La actividad lechera da un mayor nivel de ocupación que la actividad forestal, la cual por medio de la mecanización ha disminuido notablemente el uso de mano de obra. La lechería se ha ido adaptando a los tiempos y está bajando el uso de mano de obra. La robotización de la ordeña será un aporte adicional en ése sentido, pero por el momento, solo algunos pocos pueden acceder a ésa tecnología.
Es probable que la lechería al ocupar mayor mano de obra reparta más riqueza, pero la actividad forestal lo hace indirectamente en la etapa final,  con el producto como madera elaborada que termina en la construcción de viviendas y otros espacios de edificación. No es un tema al que pueda referirme con propiedad.

Desarrollo y política
Es posible que el país requiera una revisión profunda de su esquema de desarrollo actual y piense en lo que quiere a futuro y cómo podemos lograrlo. Sin embargo, no veo que la actual clase política tenga en ello sus prioridades y más bien se mantienen en un análisis inmediatista y mezquino. Por otro lado, me parece que en el mundo hay una corriente que crítica al libre mercado pero no plantea con claridad una alternativa que parezca viable. Las intenciones actuales de algunos líderes políticos mundiales de  “ cerrar “ sus economías a la competencia mundial ha tenido en nuestro continente versiones recientes aunque a otra escala, terminando con países otrora potencias mundiales en el ámbito agropecuario, con un gran mercado exportador de carnes para llegar a perderlo por políticas equivocadas al punto de permitir que países pequeños como Uruguay le quiten liderazgo y tomen la delantera como ocurrió con Argentina. Como lo dice la propia pregunta, si países comunistas como China se apoyan en el esquema de libre mercado y recurren al intercambio internacional de comercio, es que aún no hay una alternativa a dicho modelo como no sea la moderación del mismo a través de políticas subsidiarias de los Estados en aquellas áreas más vulnerables. Ello depende de lo que cada país busque y defina claramente para que las reglas sean claras y conocidas de antemano.

El contraargumento de la pregunta sobre el libre mercado, está por el lado de, primero ver cuáles son las ventajas y desventajas de un país o, dicho de otro modo, cuáles son nuestras fortalezas y debilidades frente al mercado agropecuario mundial y la demanda presente y futura del mismo. Por ejemplo, creo que no tenemos ventajas competitivas para salir al mercado a competir con un commoditie como es la leche en polvo frente a otros países que comercializando solo el 5 % del mercado son capaces de manejar el precio y otros que, aún habiendo terminado con los subsidios directos, compran excedentes de leche de sus productores para luego salir a liquidarlos al mercado internacional. No tenemos el tamaño de ganadería para ello.
Sí podríamos exportar ganado lechero en pie, porque tenemos ventajas sanitarias y ganado de calidad. Solo nos mantenemos con negocios puntuales a nivel continental y ventas spot. Lo mismo ocurre con la ganadería de carne. No podemos competir con los grandes países exportadores de carne como Brasil, solo podemos pensar en llegar a mercados de nicho con determinados cortes de calidad. De igual modo ocurre en el sector agrícola, donde las ventajas de la contra estación y fitosanitarias, nos han permitido producir frutas, flores y semillas para una diversidad de mercados. Hay que mejorar la creatividad e innovar en el mercado ganadero nacional, no continuar con los commodities, de lo contrario nos deberemos conformar con abastecer el mercado nacional ni aún así, si no somos capaces de diferenciar nuestro producto ante los ojos del consumidor.

Marcos Winkler 

Marcos Winkler, vice presidente Aproleche Osorno

La pérdida de un millón de cabezas de ganado en 10 años aproximadamente, es una verdadera tragedia. Se estima que del millón de cabezas perdidas, cerca de un 80% corresponde a rebaños de carne, y el otro 20% a ganado lechero, que en su mayoría se ha perdido en los últimos 5 años, producto de las malas condiciones comerciales que están afectando a los productores.

A mi entender, la pobre rentabilidad de los rebaños de carne, generó un especial interés por la producción  lechera y desde el año 2000 en adelante y somos testigos en las regiones de Los Ríos y Los Lagos, como muchos ganaderos optaron en su momento, por instalar planteles lecheros, e invertir cuantiosos recursos en patios, genética e infraestructura en general, debido a la buena expectativa del sector. También en esos años, muchos rebaños lecheros existentes llegaron a más que duplicar su masa para aprovechar el positivo ciclo del sector, lo que significó que entre el 2004 y el 2011, que la producción lechera nacional aumentara en un 26%, llegando a los 2.100 millones de litros en el caso de la Industria láctea mayor.
Esto generó una percepción errada de que la masa ganadera no tenía mayor alteración.

Adicional a lo  anterior, en los últimos 5 años, el sector lechero ha sufrido una profunda crisis, por baja de los precios internacionales y las grandes sequías del 2015 y 2016, que provocó una eliminación anticipada de vacas productivas. Se suman a esta coyuntura la apertura del mercado chino que ha  comprado hembras lecheras en pie y de carne Industrial (vacas), por un precio sustancialmente mejor que la oferta del mercado local.

Hoy día, si se proyectara un aumento de producción lechera, la respuesta sería extremadamente  lenta, debido a la falta de una política ganadera, que por años se ha solicitado y que hoy vemos el efecto traducido en una baja de un millón de cabezas de bovinos.

Los frutales
Hemos visto como el cambio climático y expectativas de nuevos negocios en el agro han abierto nuevas puertas. En nuestras regiones se ha incrementado la superficie de arándanos, avellanos y frutales menores, cerezos y otros cultivos que se ven favorecidos por el aumento de temperaturas y la disminución de las heladas.
Sobre los cultivos de cereales, mi percepción es que no han aumentado con respecto a tendencias pasadas, y solo se ve una rotación de los mismos en las mismas superficies ya destinadas a estas actividades.

El cambio de giro
En general, el productor que se  retira, es porque agotó todas las instancias buscando rentabilizar su explotación. El continuar en ese camino, en un entorno incierto, significa invertir con un alto nivel de endeudamiento, que muchos no están en capacidad de asumir.
Sumado a lo anterior, la falta de una política específica para el sector, que reconozca la labor de la lechería como un agente económico importante de desarrollo, no invita a que se incorporen nuevos proyectos productivos en el área.
Dentro de los incentivos que los productores consideran fundamentales, se encontrarían el desarrollar un Programa Ganadero, fortalecer el Programa de Suelos Degradados existente, incrementar sustancialmente el Programa de Riego para la zona sur, desarrollar un programa inclusivo de conectividad, en rutas de acceso y conectividad digital, y finalmente, generar programas de enfoque social, que inviten a las personas a permanecer en los campos, y desarrollarse en los rubros agropecuarios.

La potencia
Para hablar de potencia ganadera en el rubro cárnico, otros países del Mercosur son más competitivos. No obstante, en el rubro lechero, la situación es distinta, porque prácticamente lo tenemos todo para transformarnos en una potencia mundial lechera. No obstante, para que esto ocurra, es necesario una política país que entienda el potencial económico de fortalecer este sector, y un trabajo de los propios productores, para llegar directamente a los destinos que valoren nuestros productos lácteos, evitando así a los traders mundiales de leche, quienes la transan como commodity.

La fuerza de los pinos
No podemos desconocer el éxito que Chile ha tenido en el mundo el ámbito forestal, el que fue potenciado por el Estado a través de un decreto con fuerza de Ley, que permitió que este sector se desarrollara, forestando millones de hectáreas de suelos degradados o improductivos.
Entendiendo que la lechería en las regiones del sur, es la principal actividad económica, creemos que es relevante incorporar una legislación, que entregue incentivos para la inversión y el desarrollo del sector lechero. Así como el sector forestal fue promovido por el Estado, creo que correspondería un incentivo similar para el sector lechero.

Impacto económico
La distribución de los ingresos del sector lechero es mucho más transversal que el sector forestal, lo que se demuestra en el estudio “Impacto de la Industria Lechera en Los Ríos y Los Lagos”, el cual señaló que el sector lechero es el que más mueve el INACER de estas dos regiones. Quedó demostrado que cerca 97% de los ingresos que genera la producción primaria de leche, queda en la  misma región.
Chile vive el proceso globalizador por más de 30 años, siendo en la actualidad uno de los países más abiertos del mundo al comercio global.
Esto obligó al sector productor lechero a ajustarse a las reglas internacionales en competitividad, lo que condujo a Chile a transformarse en un país altamente competitivo en este sector. Sin embargo, esto no es suficiente frente a las enormes distorsiones del mercado de los commodities.

Con todo, también la globalización nos ha permitido importar tecnología y exportar productos de alta calidad. Nos hemos hecho un nombre en el mundo por los alimentos que exportamos, como nuestros vinos, salmones, cerdos y aves. Por ello los lecheros hoy tenemos un gran sueño, “Sabemos que la demanda mundial por lácteos existe y nuestro desafío es abastecerla con productos de calidad”.

Ricardo Subiabre, Productor de Los Muermos

Antes de contestar el cuestionario, Subiabre, comenta que ha tenido poco tiempo para dedicarse a las letras, por la «bonanza climática» ; que después de un invierno con muy poca precipitación, seguida de una primavera-verano lluviosa, hemos estado inmersos en labores que a estas alturas del año no se realizaban, como fertilizar y cosechar mucho más forraje que lo acostumbrado, permitiendo retener la totalidad de los terneros y vaquillas para aprovechar ese forraje.
Este panorama climático ha ocasionado que se mantenga muy alto el precio de los terneros, vaquillas y novillos, es decir, todo lo que sirve para «la engorda».
Por otro lado, los predios que dejaron definitivamente la lechería o aquellos que redujeron sus planteles, han generado una mayor demanda de terneros.

La crisis
Según lo que ha vivido Ricardo, su percepción sobre lo que venía sucediendo con la masa ganadera, quedaba perfectamente reflejada, en dos frases pronunciadas el 2014, en la ciudad d Puerto Varas por el ex Director Nacional del Servicio Agropecuario Nestlé, el médico veterinario, Marcelo Alonso:

» Hace veinte años teníamos 2.500 proveedores en la planta de Llanquihue, hoy con 500 productores recibimos el doble que entonces » y «a quien no le guste el precio que pagamos, se puede ir a otra planta »

Según lo que ha visto en su entorno, “los lecheros de mi segmento que debieron dejar el rubro, han mantenido en promedio el 20% de su masa ganadera, y tratan de sobrevivir con esto, más la producción de forrajes para la venta. Ahora se verán complicados para vender la cosecha de forraje, con la sobreabundancia de este año, difícilmente lograrán vender su producción a un buen precio”.

Para Subiabre es claro lo difícil que es llegar a ser un buen lechero, “construir mi lechería me ha llevado 14 años y aún me falta muchísimo, riego, alimentadores automáticos, patio de alimentación, maquinaria agrícola, por citar algunas carencias, sin embargo, cerrar una lechería no toma más de 15 días, las vacas a matadero y el equipo a remate. De modo que resulta en extremo difícil volver”.

Actualmente se está produciendo maíz para silo, luego será para grano. Gracias a la tecnología de cultivo bajo plástico que adelanta en un mes la siembra, este cultivo se levanta como una buena alternativa económica. Por otro lado,  el cultivo de la papa, está cobrando cada vez más relevancia, ya que se produce semilla para los productores del norte. Es decir, que desaparezca el lechero no significa que desaparezca la persona, siempre se encontrará un camino de salida, pero lo que es claro es que el país pierde un lechero.

En Chile no existe cultura ganadera, solo existe Santiago, y economía de libre mercado en todos, todos los ámbitos…. hasta en la cultura.

Por otro lado existe una pugna entre lo Público y los Privados culpándose mutuamente y esperando que el otro se haga cargo. Los privados, esperando mejores condiciones … de otro color político.
Los políticos, conscientes del color político de los primeros, no mueven un dedo para ayudarlos.

Un eslogan que busca dar tribuna al gobierno de turno, difundiendo un clima de optimismo. El concepto del eslogan es «potencia». El complemento: forestal, lechera, agroalimentaria, da lo mismo, nadie lo escucha.

La mano de obra es un problema grave para los lecheros; por estos días, no puedes encontrar un jornal por menos de $40.000/día. Es decir el trabajo en lechería es bien remunerado, de modo que nuestro sector genera buenos trabajos y durante todo el año.

No deja de ser patético un escenario en que todo lo  importemos, se espanta Ricardo, “si llegáramos a importar todo, asi nadie tendría en que trabajar!  el conductor del camión recolector de leche, la cajera de Cooprinsem….. pero si aquellos no trabajan,  ¿a quien le vende el pan la panadería de la esquina? ¡ah ! El pan importado también es más barato!!! …. pero de que modo pagarán ese pan el chofer, la cajera y el panadero nacional que tiene que cerrar su panadería? Toda actividad productiva engloba una gigantesca red de empleo indirecto. Cuando desaparece, no sólo arrastra a quienes trabajaban directamente en ella.
Directa e indirectamente vemos que la ganadería tiene vínculos con otras actividades agrícolas, por ejemplo la producción de granos para elaborar alimentos concentrados para las vacas lecheras. Todo aquello tiende a desaparecer también si la lechería se hace humo, señala Subiabre.