NUEVA ZELANDIA Y SU AFÁN POR CHILE

Durante dos días diversas empresas comerciales se congregaron en el Instituto Adolfo Matthei para mostrar sus nuevos aportes tecnológicos que podrían ser útiles para la agricultura del sur.

En este encuentro, organizado por la Embajada de Nueva Zelandia, pudimos conversar con la Agregada Comercial para América del Sur, Rhianon Berry. Aclara que en Brasil tienen otra oficina, “yo cubro el sector hispano parlante, tenemos oficina en Santiago y otra en Bogotá”.

¿Qué pasa por vuestras mentes cuando en Chile ven que la población de bovinos bajó casi un 50% en la última década?

Yo creo que la potencia para producción lechera en esta zona puede ser el doble.
Obviamente hay un tema con la cantidad de ganado que se ha perdido, pero con tiempo e importaciones, esto se podría recuperar. Nosotros estamos trayendo genética para mejorar los animales, en un sistema más pastoril o combinado.
También esta genética sirve para aquellos que buscan más sólidos, que es la tendencia que se va imponiendo.

La tecnología que han impulsado en Chile es el pastoreo, y es comprensible porque Nueva Zelandia es el país del pastoreo. Es lo opuesto a Estados Unidos, donde la lechería es de estabulación porque tienen condiciones totalmente distintas, hicieron apuestas diferentes en genética, en alimentación, en nutrición.
Chile tiene dos polos, uno que es central, que es el polo californiano, como dicen algunos acá, porque es de estilo norteamericano, y el polo osornino que es más pegado a la pradera.
Hemos tratado como revista un llamado a la reflexión sobre el pastoreo, porque el pastoreo en Nueva Zelandia aparentemente es muy simple, porque el clima genera una pluviometría más o menos pareja en todo el año, ¿no es así?

No es tan así.

En cambio el sur de Chile siempre fue marcado por verano seco, entre enero y marzo, determinando la producción de pasto nuestra, era muy marcada en primavera-verano, o sea, entre septiembre y diciembre, después sequía y un invierno frío con poco desarrollo de la pradera.
El escenario actual para el sur por cambio climático va indicando que viene seco.
Estimo que lo inteligente cuando hablamos de agricultura es prever y planificar a 100 años y no para el año siguiente, ¿cómo miran ustedes a un país que está apostando al pastoreo, en un momento en que se está viendo que viene un cambio hacia la sequía?

En Nueva Zelandia tenemos distintos climas y durante todos ellos existe producción de leche. Hemos invertido en investigación y desarrollo para hacer las modificaciones necesarias en esas distintas zonas, para seguir usando el sistema o manteniendo el sistema de forma simple y que la mayoría del alimento sea de bajo costo, o sea, de la pradera. Por eso, como mencionaste, hemos incorporado tecnologías de riego fácil, movibles, no de estructura tan fija; la idea es que se pueda llevar con facilidad a los potreros que lo necesitan, para que la pradera crezca.
Nueva Zelandia también ha sufrido las mismas sequías que aquí en el sur, pero eso no nos ha hecho cambiar nuestro sistema de producción, sino que a modificar e incorporar nuevas tecnologías, que hacen posible sostener el sistema pastoril. Por ejemplo, en esta feria se han mostrado dos sistemas de irrigación de dos empresas distintas, pero son tecnologías muy parecidas y ambas apuntan a un bajo costo de infraestructura, haciendo asequible la tecnología al productor.

¿Esta tecnología se puede ir incorporando en forma sistemática?

Eso es así, y es lo bonito de estos sistemas, que los puedes mover. Si voy a necesitar tal potrero la semana que viene, me preocupo de regarlo antes y tenerlo con la pradera en la cantidad de materia seca que yo requiero para la cantidad de vacas que van a entrar en la franja.
Yo pienso que el sur de Chile tiene un clima, en cuanto a temperatura y lluvia, bastante similar a algunas zonas de Nueva Zelandia, entonces es una falacia decir que toda Nueva Zelandia es igual. Nosotros tenemos muchas zonas con distintas temperaturas y pluviometría. Perfectamente podríamos ir a los registros de Nueva Zelandia y ver las zonas que son más adecuadas a esta zona.
Acá no es lo mismo el clima de Las Quemas, Puerto Octay o Río Bueno, entonces uno con esas cifras puede comparar con la zona de Nueva Zelandia que más se parezca, y ahí tomar contacto con campos de esa zona y ver cómo ellos lo están haciendo, y las empresas de tecnología que hay aquí también pueden aportar con esta información y asesoría. Nueva Zelandia está apostando a que el sistema que nosotros traemos a Chile funcione.

¿Cuáles son las tecnologías más importantes que tú podrías destacar en Nueva Zelandia en la última década, que han aportado en forma significativa al mundo?

Por un lado el sistema pastoril y la genética animal. Ha sido muy importante generar un animal más bajo, que convierte eficientemente la pradera en leche con buenos sólidos, porque la industria no busca agua, busca los sólidos.
Y por otro lado, para mantener un sistema pastoril, hay investigación de nuevas variedades de ballicas de trébol cada año.

¿El trébol subterráneo, el trébol rosado, cuál de las variedades?

Las distintas empresas sacan su variedad y cada uno tiene sus características. Es importante asesorarse con las empresas, para ver cuáles son más aptas para lo que busca el productor en su plan de producción.
Otra tecnología importante ha sido el cerco eléctrico, que fue inventado en Nueva Zelandia, en la década del 50. Es tan simple, pero es parte fundamental del plan de pastoreo. Nueva Zelandia ahora está apuntando a tecnologías de automatización, de registro, para tener información de cada vaca, de su producción, de todo. Nosotros vemos esto como un negocio, por lo tanto hay que registrar todo, incluso incorporando el uso del celular, porque hace más eficiente el tiempo del administrador en el manejo de su campo.

¿El productor neozelandés vive en el campo? ¿Cuentan con personal de trabajo?

La mayoría sí, viven en el campo. Algunos contratan personal, depende del tamaño del campo, pero la gran mayoría de los dueños de campo trabajan ahí mismo junto con su familia, su señora, sus hijos…

El tema de los precios de la leche, que acá ha sido un desastre obligando a cerrar no se qué cantidad de lecherías, ¿eso ha pasado en Nueva Zelandia?

En Nueva Zelandia los precios de la leche igual fluctúan, y no está garantizado lo que van a recibir los productores. El país exporta el 90% de nuestra producción, por lo que tanto los factores de demanda como las ganancias son muy variables.

La mentalidad de un productor en Nueva Zelandia es lo que ellos pueden controlar. Y también lo que pasa en su campo. Por ello tienen un plan, una gestión planificada, bien pensada, y trabajan de acuerdo a ese plan para hacer rentable su negocio. Obviamente se preocupan del precio, pero tienen claro que lo único que pueden controlar es su trabajo en el campo.

Eso, como filosofía, me parece fundamental; acá externalizan la solución. ¿Por qué crees tú que el neozelandés tiene esa filosofía de pensar, que la solución está en ellos y no en el gobierno o en el ministro?

No es fácil la respuesta, porque hay muchos factores. Por un lado Nueva Zelandia es una isla que tenía que exportar, y para conseguirlo tenían que rentabilizar mucho sus costos.
Este mismo aislamiento nos ha hecho muy independientes, trabajamos, apostamos por la innovación, el productor, como dije antes, trabaja en su campo, para él es un negocio y es un negocio de vender leche.

Mira, lo más probable es que sea un tema de costumbre, de cultura, de mentalidad. Hace tiempo que el gobierno en Nueva Zelandia está ahí para regular, asegurar que las cosas se están haciendo bien, pero no se mete en los detalles de la producción de leche, no es el trabajo del gobierno. Nosotros no hemos tenido subsidios por muchos años. Primero hay que entender que para nosotros la industria es mucho más que la planta de recepción:, es toda la cadena involucrada, todos los que trabajan para ser más eficientes, mejorar la productividad, bajar los costos, hacerlo simple, cuidar al trabajador, el medio ambiente… Está todo alineado en esta dirección y, si bien hay marcos regulatorios y apoyo del gobierno en cierto sentido, no hay una mayor intervención, y tampoco los productores la esperan o la buscan.

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