“La ovejería tiene un gran potencial en la región de Los Lagos”

Productor, asesor y docente, Pablo Velásquez está convencido de que la ovejería tiene una enorme oportunidad en el sur de Chile. Las condiciones climáticas, la abundancia de terrenos con aptitud ganadera y las ventajas comparativas del rubro, configurarían un escenario propicio para el desarrollo de la producción ovina en una zona históricamente dominada por los bovinos. 

Titulado en la Universidad Austral de Chile, el médico veterinario Pablo Velásquez reparte su intensa actividad profesional entre la docencia en la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad San Sebastián, la asesoría predial y los quehaceres propios de la producción ovina en “Los Parrones”, su campo ubicado en la comuna de Río Negro, región de Los Lagos.

Formado al alero del maestro Marcelo Hervé, Pablo se enamoró de la ovejería siendo un estudiante universitario, sumergiéndose de lleno en las particularidades de “un rubro apasionante, que sin embargo aún es bastante desconocido en nuestro país”, comenta.

Basándose en variables agroclimáticas y en las ventajas comparativas del rubro, Velásquez sostiene que la ovejería no es solo para la Patagonia, sino que tiene un enorme potencial productivo y comercial en una zona históricamente dominada por los bovinos.

¿La ovejería de la región de Los Lagos ha logrado desarrollar un enfoque comercial, o el rubro en esta zona aún está en pañales?

Lamentablemente todavía no logra despegar, principalmente por desconocimiento. Y creo que en aquello tenemos mucha responsabilidad los asesores veterinarios, ya que, especialmente en esta zona, se trabaja replicando los manejos que se realizan en vacas. Por lo tanto, falta un conocimiento acabado de la fisiología de la oveja, un animal muy distinto a los bovinos, con los cuales solo comparte el hecho de que ambos son rumiantes.

¿Cuál es la diferencia más importante respecto del manejo?

El comportamiento en pastoreo es absolutamente diferente, principalmente porque sus ciclos productivos son distintos. Fisiológicamente, la oveja tiene una mayor demanda energética justo en los periodos en que la pradera ofrece menor cantidad de alimento, es decir los meses de invierno. Julio y agosto son críticos en la ovejería.

¿De qué manera se enfrenta este periodo crítico?

Con suplementación energética, principalmente granos. La oveja es un animal que hay que suplementar sí o sí previo a la parición y durante la lactancia. La dosis va a depender de la evaluación de condición corporal. Para el caso de la avena –que es el suplemento de grano que yo suministro– el rango va de los 200 a los 400 gramos diarios.

Hablemos de genética. En tu predio optaste por Poll Dorset. ¿Qué ventajas te ofrece esta raza?

Es una oveja que se adapta muy bien a mi sistema de partos acelerado. Las ovejas se cubren cada 8 meses, por lo tanto obtengo 3 partos en 2 años. En consecuencia, para este esquema necesito una oveja que no presente un estro marcadamente estacional, es decir que pueda ser cruzada “fuera de temporada”.

En el rubro ovino se especula mucho respecto de la carga animal óptima. Desde tu experiencia, ¿cuántas ovejas soporta una hectárea en esta zona?

Este es un tema importante de aclarar, porque generalmente se tiende a copiar o se toma como parámetro el sistema neozelandés, que establece una carga de 20 ovejas por hectárea. Praderas de esta zona, mejoradas y con riego, podrían soportar esa carga. Pero lo relevante no es cuántas ovejas tengo por hectárea, sino cuántos corderos produzco por hectárea, y más aún, cuántos kilos de carne (rendimiento a la canal) produzco por hectárea. No obstante lo anterior, podríamos decir que una carga adecuada sería entre 12 a 18 ovejas por hectárea. Y no necesariamente el productor que tiene 18 producirá más kilos por hectárea que el que tiene 12.

¿En un sistema intensivo como el tuyo, cuántos kilos de cordero por hectárea es posible producir?

Mil doscientos kilos de cordero vivo, aproximadamente, lo que traducido a rendimiento a la canal arroja entre 600 a 650 kilos de carne por hectárea al año.

¿Qué ventajas de la ovejería destacarías respecto de otros rubros ganaderos, como por ejemplo la lechería bovina?

El ciclo productivo y por lo tanto el retorno de la inversión es mucho más rápido. Una oveja paga su costo pariendo un cordero al año. En consecuencia si me pare dos, quedaré con utilidad dentro del mismo año. En cambio, si compro una vaquilla preñada, la venta del ternero me pagará apenas la mitad del valor que me costó la vaquilla. Estamos hablando de dos ciclos productivos completos para recién recuperar la inversión.

¿Cómo proyectas el futuro ovino en esta zona?

Creo que es una excelente alternativa para predios pequeños, donde las ventajas comparativas son bastante claras. Sin embargo, es clave que los productores interesados en incursionar en este rubro se interioricen de sus particularidades y en los manejos específicos que requieren los ovinos. También es importante saber manejar ciertas amenazas, como los ataques de pumas y perros asilvestrados. El correcto uso de perros pastores es una excelente opción para enfrentar este problema.

DIRECTO AL CONSUMIDOR

¿Qué tips podrías mencionar para el manejo de la carga animal?

En primer lugar, el manejo agronómico de la pradera es fundamental, sea ésta establecida o natural. Esto implica un trabajo sistemático de fertilización y mejoramiento de los suelos. Por otra parte, la suplementación estratégica también es indispensable. En mi caso, dado que me encuentro en una zona con veranos extremadamente secos, en octubre siembro nabo forrajero para suplementar en enero y febrero, cuando disminuye el aporte energético de la pradera. La verdad es que anda estupendo, las ovejas lo consumen directamente y manejado con cerco eléctrico me entrega excelentes resultados.

En el mundo campesino existen muchos mitos, uno de ellos es que las ovejas no toman agua, o que se enferman si lo hacen…

El agua es absolutamente fundamental para las ovejas, como lo es para cualquier mamífero. En el caso de los rumiantes, necesitan beber el 10% de su peso vivo (el rumen funciona con agua). Si consideramos que una oveja pesa entre 60 a 70 kilos, debemos asegurarle por lo menos 6 litros de agua diariamente. Esto es muy importante, porque una oveja carente de agua disminuye su consumo de materia seca, es más susceptible a contraer enfermedades, ve mermada su condición corporal y, en consecuencia, será menos productiva.

¿El parasitismo es un problema importante en la ovejería?

Efectivamente, tanto a nivel gastrointestinal como a nivel externo. Si bien la oveja es un animal bastante rústico y no muere por efecto de los parásitos, sí disminuye entre un 20 a un 50% su potencial productivo.

¿Cómo se controla el parasitismo en los ovinos?

Si bien los antiparasitarios son una herramienta útil, el aspecto clave para controlar los parásitos es un adecuado manejo del pastoreo. En la pradera, la oveja al mismo tiempo de estar consumiendo pasto, está defecando huevos, que después son consumidos por los corderitos, perpetuando de esta manera el ciclo parasitario. Por lo tanto, para bajar las cargas parasitarias es necesario rotar los potreros y evitar los pastoreos a ras de suelo. Un error bastante común es mantener a los animales durante todo el año en el mismo potrero.

¿Recomiendas el examen coproparasitario?

Absolutamente. En materia de control de parásitos no es  bueno “disparar a la bandada”. Los exámenes coproparasitarios, además de ser de bajo costo, entregan información útil que nos permite aplicar las herramientas de control en el momento adecuado.

¿Cuál es el momento recomendado para realizar desparasitación?

El último tercio de gestación, que es cuando la oveja ve disminuida su inmunidad y es más susceptible a ser afectada por parásitos.

En materia de mercado, ¿qué tan complejo es el negocio y la salida comercial del ovino en esta zona? Existen distintos canales de comercialización, cada uno con sus particularidades. Por una parte está la feria, y tiempo atrás en esta región también estaba abierto el canal de la agroindustria. Sin embargo, la opción que hoy me parece más interesante es llegar directamente al consumidor final. En tal sentido, vender el animal vivo para ser faenado por el cliente no es recomendable, principalmente por aspectos sanitarios. En cambio, una buena alternativa es pagar los servicios de una planta faenadora, lo cual te permite contar con resolución sanitaria y comercializar tu producto directamente a restoranes. Es un trámite sencillo, económico (6 mil a 7 mil pesos por animal) y no se exigen grandes volúmenes para acceder al servicio. El mínimo a faenar son solamente 5 corderos.