INDIOS POR ERROR

El día 12 de octubre de 1492 la expedición conducida por el Almirante Cristóbal Colón llegaba a la isla Guanahaní, en el archipiélago de las Bahamas.

Leopoldo Sánchez Grunert. Médico veterinario

Sin que ésta lo supiera, ese grupo de aventureros estaban estableciendo el primer contacto entre los continentes europeo y americano. La idea de hacer coincidir la Fiesta Nacional de España con esta fecha fue del escritor Ramiro de Maetzu, que en un artículo llamado «La Hispanidad», afirmaba: «El 12 de octubre, mal titulado el Día de la Raza, deberá ser en lo sucesivo el Día de la Hispanidad».
Dicen que la historia siempre la escribe el vencedor y de alguna manera, este hecho tan importante que ocurrió en nuestro planeta el 12 de octubre de 1492, estamos acostumbrados a verlo desde la visión europea, o sea del “Descubrimiento de América”…pero ¿por qué no verlo con los ojos de América?


“En 1492, los nativos descubrieron que eran indios, descubrieron que vivían en América, descubrieron que estaban desnudos, descubrieron que existía el pecado, descubrieron que debían obediencia a un rey y a una reina de otro mundo y a un Dios de otro cielo, y que ese Dios había inventado la culpa y el vestido, y había mandado que fuera quemado quien adorara al sol y a la luna y a la tierra y a la lluvia que la moja¨.
Después de verlo con los ojos de América y entender un punto de vista diferente, tendremos dos visiones encontradas de algo del que desde la historia que se nos enseña, es sólo  un punto de vista.
Esto es muy importante sobre todo para nosotros:  La raza mestiza, porque sin duda somos mestizos, unos más otros menos.   Es vital comprender a fondo la historia de nuestros orígenes, sin lamentarnos de la forma como sucedió, porque es un hecho que  somos el resultado del choque y mezcla de  culturas, de las cuales debemos tomar lo mejor de cada una rescatando lo bueno que se ha perdido en el camino… para crear sinérgicamente una nueva visión, la nuestra. (Carlos Molinari).
En los relatos del  diario de Colón, abundan el oro, las perlas, las piedras preciosas y una naturaleza exuberante que motivaron el patrocinio de más viajes. Con la cantidad de almas con las que se encontró, pensó, (según algunos estudiosos),  organizar un gran tráfico de esclavos entre las Indias y España. (¿Es cierto esto o mera especulación?).
A pesar de la hazaña del almirante Colón, el descubrimiento de América no fue un logro individual y se pudo afirmar cuando papas, reyes, cronistas, élites letradas y políticas, pero en especial cartógrafos, reconocieron y se pusieron de acuerdo sobre los nuevos límites que permitieron afirmar sin duda alguna, la existencia de un cuarto continente. Reflexiones sobre ciencia, tecnología y religión en el mundo atlántico del siglo XVI. El investigador Mauricio Nieto, doctor en historia de la Universidad de Londres, reconstruye la relación entre conocimiento, prácticas tecnocientíficas, factores políticos, religiosos y geográficos que le permitieron a España soñar con el control del mundo.
Si hubo algo que Colón descubrió fue la ruta trasatlántica y a lo largo del siglo XVI las naves españolas desarrollaron técnicas para dominar el mar.
El propio Colón menciona en su diario que en sus viajes a las indias,  utilizó el cuadrante, el astrolabio, el mapa de Ptolomeo y un mapa que dibujó y trazó su hermano menor Bartolomé Colón; aunque en algunos escritos se encontró que también llevaba brújula, Colón en su diario y cartas no  menciona a este valioso instrumento.
Cristobal Colón vivió una época de transición entre la navegación costera y la navegación astronómica y es muy probable que haya tenido acceso a las nuevas técnicas de navegación astronómica.
Los viajes de exploración fueron una conquista de las velas y de “la capacidad humana y técnica de transformar la fuerza natural de los vientos en una fuerza de propulsión para los cascos de las naves”. Para garantizar la seguridad de los viajes trasatlánticos y proveer a los pilotos la información geográfica y astronómica necesaria para continuar la conquista del Nuevo Mundo, se le encargó a la Casa de Contratación de Sevilla la elaboración de manuales de navegación y el diseño de mapas, especialmente un nuevo mapa del mundo: el Padrón Real.
Para la descripción de las nuevas tierras fue obligatorio desarrollar material inédito. A los modelos de cosmografía clásica de Ptolomeo se le sumaron las experiencias de los viajeros y así, comenzó a aparecer en España una tradición científica al servicio de las necesidades concretas del imperio. A mediados del siglo XVI surgieron dos géneros literarios: la historia natural y la historia moral. La primera se dedicaba a la geografía, los animales, las plantas y los minerales. La segunda, a los humanos y al encuentro entre culturas. Los nativos fueron vistos como pueblos salvajes, condición que justificó la imposición de la doctrina cristiana, pero también se hizo evidente el problema que implicaba la invasión en la tierra de otros. Por ejemplo, la Suma de Geographia de Martín Fernández de Enciso, publicada por tercera vez en 1546, narra que cuando los españoles llegaron a leerles a los indios del Sinú las leyes que anunciaban y autorizaban por mandato divino la conquista de las tierras y el sometimiento de los indígenas que se negaran a la evangelización, los caciques respondieron: “que muy generoso con lo ajeno había sido el Santo Padre, que borracho debía estar cuando dispuso lo que no era suyo, y que el rey de Castilla era un atrevido al amenazar a quien no conocía”.
La iguana, el manatí, el cactus, los felinos americanos, la piña y el armadillo se resistían a las clasificaciones comunes y no era claro su lugar en las categorías establecidas por Aristóteles. A través de analogías y comparaciones se bautizó lo desconocido y se crearon vínculos para incorporar lo ajeno con referencias familiares. Desde el siglo XVI fue necesario comenzar a replantear los cánones de la historia natural, la medicina, la estrategia militar y el comercio.
La ciencia moderna se caracteriza por la superación de los autores clásicos y por el triunfo de la razón y de la experiencia sobre el dogma y la fe, por ende, en la historia de la ciencia no aparecía la contribución científica de los imperios católicos de España y Portugal. La empresa católica ibérica del siglo XVI tuvo como efecto secundario el desarrollo y la sistematización de un conocimiento científico para explicar al Nuevo Mundo.(María José París).
Conclusiones.
Culturalmente supuso un choque entre las culturas indígenas y la española imponiéndose naturalmente por poderío miltar la española.  La cultura española aportó una lengua común (el castellano) y una religión común (la religión católica). Además aportaron inventos en la navegación y en la medicina ignorados hasta ese momento (y que seguramente habrían tardado años en conseguir inventar.
Así mismo, los españoles aportaron alimentos totalmente desconocidos en América.  Por su parte, América dio a conocer al imperio español nuevos alimentos como la papa, el tomate, el maíz, el cacao, capital y mano de obra gratis principalmente.
¿Cómo ha influido esto en la actualidad? España disfruta de una cómoda situación económica, a excepción de momentos de crisis como los de estos años, no obstante se mantiene en puestos altos del ranking de potencias económicas. Por su parte, Latinoamérica disfruta de una lengua común desde México al sur, lo que permite una fluida relación entre estas naciones, idioma sin el cual lo que hoy se conoce como Latinoamérica sería un revoltijo de lenguas y culturas que dificultarían notablemente las relaciones políticas, económicas y militares entre estos países. Además, gracias al castellano, Latinoamérica tiene un puente de relación con Europa a partir de España.
… y finalmente quedamos por indios, porque costó varios años convencerse de que éste era un cuarto continente, muy lejano a la India del oriente.