IMPORTANCIA DEL BUEN AMBIENTE

Dr. William Cesped M. Médico Veterinario (MS) Gerente Técnico Vet-Point www.vetpoint.cl

En producción caprina, el ambiente adecuado es fundamental para que los animales logren expresar su máxima capacidad productiva. En general, los caprinos deben ser manejados en lugares cómodos y tranquilos que les proporcionen suficiente espacio, áreas de descanso, luminosidad, ventilación, agua y alimento, a través de las diferentes etapas de su ciclo productivo.
Las consideraciones anteriores son particularmente críticas en rebaños orientados a la producción de leche con razas especializadas y de alto potencial genético. Las etapas productivas donde los factores ambientales son más determinantes son: el mes previo al parto, la parición, la etapa de crianza inicial y las primeras semanas del postparto, donde se produce el pick de lactancia.
Durante los últimos años en Chile, se ha registrado un aumento significativo del tamaño promedio de los rebaños caprinos lecheros en sistemas de producción intensiva. Buscando mejores condiciones de competitividad, las empresas se han volcado en conseguir mayores volúmenes de producción de leche, en incorporar progresivamente tecnologías que mejoran la productividad y como consecuencia, una mayor proporción de animales deben ser manejados por parte del personal durante todo el año.
Dentro de esta tendencia global de aumento del tamaño de los rebaños caprinos, el manejo de los factores ambientales se constituye en un tema fundamental a considerar para obtener una óptima productividad.

Factores ambientales
Tradicionalmente, los principales factores de manejo ambiental en producción caprina corresponden a:
 Aislamiento geográfico
 Densidad animal y grado de confinamiento
 Separación por edad y etapa productiva
 Temperatura ambiental
 Humedad relativa
 Ventilación
 Luminosidad
 Áreas de descanso
 Bioseguridad (Limpieza, higiene y desinfección)
 Control de plagas y vectores
Dependiendo de la época del año, ubicación geográfica, infraestructura, sistema productivo y características propias del rebaño, la influencia de estos factores ambientales puede determinar el éxito de la gestión económica de cada unidad productiva.
En términos generales, los caprinos sanos y bien alimentados desarrollan excelentes rendimientos productivos cuando el ambiente donde son manejados se presenta ordenado, limpio, seco, temperado y apropiadamente ventilado. Asimismo, la correcta aplicación de un protocolo sanitario-preventivo frente a las principales enfermedades infectocontagiosas y el respeto a las recomendaciones de densidad animal para cada etapa productiva, contribuyen a asegurar una óptima respuesta productiva.
En ambientes productivos intensivos y en rebaños de gran tamaño los principales factores de manejo ambiental que inciden directamente en la productividad y bienestar de los caprinos (“Goat comfort”), son el tamaño de cada lote y la correcta separación de los animales según la etapa productiva.
Esto significa que deben respetarse las recomendaciones de densidad animal (animales/superficie) para cada etapa productiva (lactancia, gestación, crianza) y además homogenizar los diferentes grupos de animales según su peso y tamaño, para asegurar el acceso de todos ellos a alimento, agua y espacio para descanso, evitando hasta donde sea posible el cambio de animales entre grupos.
Una mención especial es la idea de reducir el efecto de la presencia de animales dominantes dentro de cada grupo mediante manejos tales como la separación por edad (adultos aparte de los jóvenes) y la realización del descorne a temprana edad, manejo que junto con reducir la dominancia contribuye a evitar los riesgos por lesiones traumáticas.
Las etapas más críticas desde el punto de vista sanitario corresponden a la parición, la crianza inicial de las cabritas, el período cercano al destete y el inicio de la lactancia donde aumentan los riesgos de diseminación de enfermedades tales como Complejo Diarreico y Respiratorio de las cabritas, Coccidiosis y parasitismo gastrointestinal, Neumonías, Mastitis, Paratuberculosis y Linfoadenitis Caseosa. La prevalencia elevada de este tipo de enfermedades en los rebaños caprinos, es un indicador de condiciones inapropiadas de manejo ambiental de los animales, entre otros factores.
Manejo de corrales
Mantener buenas condiciones de ordenamiento general, limpieza, higiene y desinfección de los corrales e instalaciones donde se alojan los caprinos, es un aspecto central dentro del programa de sanidad animal e higiene ambiental, pues contribuye a mejorar las condiciones de crianza de los animales y reduce la incidencia de enfermedades infectocontagiosas y parasitarias, que se transmiten por contacto directo entre animales sanos y enfermos en ambientes contaminados.
Los corrales deben ser aseados y desinfectados antes del ingreso de los animales, para asegurar las condiciones de bioseguridad y reducir los riesgos de enfermedades. Idealmente, los corrales deberán ser sometidos a un período de descanso de varios días antes de introducir nuevos animales.
Se recomienda que los corrales entreguen adecuadas condiciones ambientales, evitando la humedad excesiva, controlando la temperatura y una buena ventilación. Además, una adecuada densidad de los animales es necesaria para el confort general de ellos.
Las cabritas recién nacidas se deben recibir en un corral limpio, seco y con cama de viruta, aserrín u otro material similar. Para proveer un ambiente temperado se pueden utilizar lámparas infrarrojas suspendidas a una altura suficiente del piso que evite el contacto con las cabritas. Otra forma de manejar la temperatura ambiental, es el uso de cortinas en los laterales de los corrales o galpones, las cuales se suben o bajan dependiendo de las condiciones de temperatura y ventilación que se necesite.
Se debe prestar atención a la limpieza de la materia orgánica en los corrales y a la ventilación del recinto, para evitar la acumulación de gases tóxicos que aumentan el riesgo de cuadros respiratorios.
Densidad animal
Existen recomendaciones mínimas de espacio disponible para lograr una producción caprina exitosa y cumplir con los requerimientos de bienestar animal. La tendencia actual es proporcionar el mayor espacio posible a todos los animales y contribuir a su estado de confort, con lo cual se mejora su productividad en el largo plazo.
Los chivatos debiesen disponer de entre 4 a 6 m2 de espacio y para cabras adultas se recomienda considerar entre 1,5 a 2,5 m2, dependiendo del sistema de alojamiento de que se trate. Los caprinos en etapa de crianza debiesen disponer de entre 0,3 a 0,5 m2 por animal en la etapa predestete y postdestete, respectivamente.
Temperatura
Los caprinos adultos poseen una alta resistencia a temperaturas extremas, mientras los jóvenes son muy sensibles a las bajas temperaturas. Los caprinos lactantes sometidos a bajas temperaturas presentan un menor desarrollo y son más susceptibles a enfermedades durante los primeros días de vida.
Los requerimientos de temperatura para crías recién nacidas fluctúan entre 25 a 30 °C, mientras en el período cercano al destete se ubican entre 15 a 20 °C. Por esta razón, se debe disponer de cama limpia y seca para los lactantes (viruta, aserrín, paja de trigo, etc.), evitar las corrientes de aire y en el caso que la temperatura ambiental sea cercana a 0°C se recomienda utilizar una fuente de calor extra, como lámparas infrarrojas.
Para caprinos adultos se recomienda una temperatura ambiental de entre 10 a 16 °C.
Humedad
La recomendación general de humedad relativa para la crianza de caprinos fluctúa en un rango de 70 a 80 %. Si la humedad se eleva sobre un 80 % se afecta la producción y salud, condición que se agudiza con bajas y altas temperaturas. En estos casos es conveniente reducir la humedad forzando la ventilación. Una condición esencial en producción caprina es que la piel y pelaje de los animales deben estar siempre limpias y secas, con un bajo índice de suciedad adherida y nunca sobre las rodillas y talones (“Score de suciedad corporal”).
Velocidad del aire
El sistema de crianza debe proveer una apropiada velocidad del aire o ventilación a nivel de los animales, no superando los 0,5 m/s en adultos y 0,3 m/s en los jóvenes, para evitar trastornos respiratorios especialmente en el invierno.
La ventilación debe favorecer la eliminación de gases nocivos como el amoníaco proveniente de las deposiciones, el dióxido de carbono derivado de la respiración de los animales y el vapor de agua en alta concentración. El objetivo es reducir los riesgos de daño respiratorio en los animales por acumulación excesiva de estos compuestos en el ambiente y las consecuentes pérdidas económicas para el productor. Un apropiado sistema de ventilación debe aportar una alta proporción de oxígeno al proceso respiratorio de los animales y, por otro lado, eliminar el exceso de vapor de agua, polvo en suspensión, gases nocivos, olores desagradables del alojamiento y mantener una temperatura adecuada.

Volumen de aire
El volumen de aire para caprinos adultos es fluctúa entre 6 a 10 m3 por animal, siendo más importante su recambio que el volumen mismo. En caprinos jóvenes se recomienda un volumen de aire de entre 3 a 4 m3 por animal.
Iluminación
Existen recomendaciones de luminosidad mínima en las diferentes instalaciones donde son alojados en los sistemas bajo confinamiento. En términos generales, la intensidad de iluminación recomendada es de 60 lux. En los pasillos de servicio y sala de ordeña 100 lux, mientras que en la zona de partos se recomienda entre 150 a 200 lux.

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