DINAMARCA

En el artículo anterior (2018_2 y 3) informé sobre “el estado del arte” respecto de la resistencia a los antibióticos en el que se demostró, que el promedio de consumo de antibióticos en la Unión Europea (UE) fue mayor en animales que en humanos y que la resistencia cruzada es una realidad y que como Médicos Veterinarios responsables del uso de antimicrobianos, debemos comenzar a sintonizar con nuestros colegas del mundo desarrollado.
En esa misma línea compartiré algunas publicaciones sobre el uso de los antibióticos teniendo en perspectiva la información presente.
La mastitis es una de las enfermedades más frecuentes y costosas en el ganado lechero (p. ej., Halasa et al., 2007). Además de perjudicar el bienestar animal (Broom, 1991; von Keyserling y otros, 2009), también es una razón importante para las pérdidas económicas y la prescripción de antibióticos en rebaños de vacas lecheras (DANMAP, 2014, página 34, EMA y EFSA, 2017, p.29). La presión de la sociedad para limitar el uso de antibióticos en los sistemas de producción pecuaria, incluidos los sistemas de ganado lechero, está aumentando constantemente. El uso de antibióticos en animales de abasto ha sido una preocupación creciente en las últimas décadas, con una mayor conciencia del consumidor con respecto a este punto y su efecto sobre la resistencia a los antimicrobianos (Ruegg, 2003).
Para optimizar el uso de antimicrobianos, es importante comprender los patrones de tratamiento antimicrobiano para la salud de la ubre en rebaños de vacas lecheras e investigar los factores que influyen o mejoran los tratamientos. Sin embargo, puede ser un desafío identificar qué hacen realmente los agricultores, o por qué, ya que dicha información normalmente no se registra. Sin embargo, los factores observables pueden dar indicaciones y, por lo tanto, pueden ser útiles como aproximaciones para los comportamientos que explican el tratamiento antimicrobiano en una lechería. Una vez que se identifican factores influyentes para una granja específica, los veterinarios y asesores de salud de ubre pueden guiar a los agricultores hacia una estrategia de selección prudente y rentable de vacas para tratamiento, teniendo también en cuenta los criterios de selección habituales o la práctica de gestión del agricultor.
Esto último podría facilitar que los agricultores adopten programas de manejo propuestos para mejorar la salud de las ubres, ayudando así al uso prudente de antimicrobianos. Dado que se prohíbe el tratamiento de secado a todas vacas en Dinamarca (blanket dry cow therapy), se espera que una selección adecuada de vacas para el tratamiento con antibióticos, tanto durante la lactancia como durante el secado, tenga un efecto positivo en la salud de la ubre y el bienestar animal y facilite el uso prudente de antibióticos (Scherpenzeel et al., 2016). En Dinamarca, los antimicrobianos son prescritos por el veterinario del rebaño y distribuidos exclusivamente a través de las farmacias. Además, los tratamientos se llevan a cabo normalmente por veterinarios, pero un agricultor puede adquirir una licencia de salud de rebaño con un veterinario asesor, lo que le permite tratar casos clínicos de mastitis por sí mismo, pero bajo supervisión.

Las estrategias propuestas pueden desarrollarse y analizarse utilizando, por ejemplo, modelos de simulación ajustados a los parámetros específicos del hato y con un enfoque en la optimización rentable del uso de antimicrobianos. Estos modelos también pueden considerar otros factores, como la propagación de patógenos (p. Ej., Halasa et al., 2010; van den Borne et al., 2010), y de ese modo proporcionan una comprensión más completa de los regímenes de tratamiento y su pronóstico, dependiendo de los parámetros de salud de la granja y la velocidad de contagio del rebaño. Este conocimiento también podría ser utilizado por los responsables de las políticas al considerar nuevas regulaciones a escala nacional.
En Dinamarca, los registros a nivel de rebaños y vacas se recogen en la base de datos danesa de ganado dependiente del Ministerio de Agricultura. Incluyen, además de la identificación de las vacas, producción de leche y recuento de células somáticas de muestras obtenidas a través del esquema de registro de leche de rutina (6 o 11 veces por año) como parte de un esquema de salud de rebaño. Los datos también incluyen registros de enfermedades y tratamientos para vacas individuales y se están utilizando, entre otros fines, para el desarrollo de programas de cría y de salud de rebaños (Bioseguridad). Sin embargo, su potencial para el desarrollo de programas de manejo de la salud específicos del hato puede ser explotado aún más.
Objetivo
Usar la organizada base de datos danesa para predecir el tratamiento antimicrobiano en relación con el manejo de la salud de la ubre en diferentes lecherías e identificar las diferencias entre ellas con respecto al tratamiento y determinar qué factores son más importantes para el tratamiento en diferentes predios.
Motivar a los agricultores a reducir el uso de antibióticos, mediante la comprensión de los factores que determinan cuándo una vaca debería ser tratada con antibióticos o no.
Descubrir información que sea relevante a la hora de considerar desarrollar medidas de control de la mastitis específicas para cada rebaño y que sean rentables para así promover el uso prudente de antibióticos en las lecherías danesas y liderar los mercados de leche de calidad.
Tipo de estudio
En la primera parte de este estudio, se analizaron registros de un número total de 3.232 lecherías en Dinamarca.
Los datos colectados incluían; el rendimiento de leche y recuento de células somáticas, registros clínicos y bacteriológicos de mastitis, factores propios de las vacas como días en leche y número de partos en relación con los tratamientos con antibióticos.

En la segunda parte del estudio, como se estaba interesado en los patrones de tratamiento en relación con la gestión de la salud de la ubre, dividieron el conjunto de datos en 3 partes. La primera parte incluyó 518 hatos que utilizan como rutina diagnóstica de mastitis la PCR (reacción en cadena de la polimerasa), registros clínicos y registros de tratamiento en relación con la salud de la ubre; la segunda parte incluyó 370 hatos sin PCR, pero con registros clínicos disponibles y registros de tratamiento, y la tercera parte consistió en 424 rebaños con solo registros de tratamiento.
Para los análisis estadísticos, los conjuntos de datos se subdividieron en conjuntos de datos más pequeños, cada uno representando una granja e incluyendo solo las observaciones de ella. Todos los cálculos se realizaron en el software de computación estadística R versión 3.3.1 «Bug in Your Hair» (R Core Team, 2016), utilizando los paquetes adicionales data.table (Dowle et al., 2015), zoo (Zeileis y Grothendieck, 2005), lme4 (Bates et al., 2015) y ROCR (Sing et al., 2005). Las cifras se hicieron usando los paquetes ggplot2 (Wickham, 2009), ggbiplot (Vu, 2011) y dendextend (Galili, 2015).
Resultados principales y Discusión
Si bien los datos de registro de rendimiento lácteo, incluyendo RCS, se recolectaron regularmente en la mayoría de las granjas danesas para todas las vacas, generando una información muy completa, sin embargo como el registro de PCR y los registros clínicos debieron ingresarse manualmente en la base de datos, ya sea por el veterinario o agricultor, provocó que algunos datos fueran incompletos o tuvieran errores de registro. Sin embargo, Wolff et al. (2012) investigaron la integridad y calidad de los registros de bases de datos nacionales en Dinamarca, Finlandia, Noruega y Suecia. Los autores encontraron que el registro danés con respecto a la mastitis clínica tenía la calidad más alta y completa en un 90%, lo que aumenta nuestra confianza en los resultados del presente estudio.
Los factores en la decisión de tratamiento
Vacas de alta producción asociado a alta RCS y con mastitis clínica aumentan la probabilidad de uso de antibiótico
El análisis de regresión logística mostró que, en muchas granjas, una alta producción de leche por vaca, junto a un alto RCS se asocian con una mayor probabilidad de tratamiento, tanto en lactancia como para los de secado. Las vacas que fueron tratadas durante la lactancia también tuvieron una mayor probabilidad de tratamiento de secado. Es decir, como en Dinamarca no todas las vacas son tratadas con antibióticos al secado, existió una tendencia a usar antibiótico al secado en las vacas que fueron tratadas durante la lactancia. En esta línea, estudios previos (por ejemplo, Waage et al., 1998; Zadoks et al., 2001; Steeneveld et al., 2008) han demostrado que las asociaciones de; alta producción con altos RCS, y además una infección intramamaria en la lactancia, son factores de riesgo para mastitis clínica en la siguiente lactación que puede conducir por lo tanto a utilizar un tratamiento con antibióticos al secado para prevenir una mastitis en la lactación siguiente. Por lo tanto, estos factores pueden indicar que hubo una infección con tendencia a la cronicidad que tuvo que ser tratada. Sin embargo, también se espera que los agricultores retengan las vacas con producciones por arriba de una vaca promedio; por lo tanto, tienden a tratar a tales vacas para evitar una potencial complicación de la salud de la ubre y así asegurar el rendimiento óptimo de estas vacas de alta producción (de acuerdo con la creencia del agricultor). Sin embargo, es bien sabido a través de diferentes investigaciones que al mantener una proporción de estas vacas de “alta producción pero con mastitis crónica” se hace muy difícil, para ese tipo de hatos, lograr un margen sobre la inversión a mediano plazo (Tim Geraghty, 2013). Las pérdidas de leche por mastitis clínica pueden llegar a 1.181 kg/lactación (Wilson et la., 2004, Capurro et al.,2010). Cuando el animal con mastitis se mantiene en el predio; aumenta el daño del tejido mamario (Boddie, 1987; Trinidad et al., 1990; Flöck&Winter 2006), disminuye su habilidad de convertir alimento en leche (Halasa et al., 2007), aumentan los costo de reemplazo por mastitis (Canada DairyCo 2013a), aumentan las pérdidas de producción futura de leche (Cha et al., 2013) porque por cada vaca crónica hay un riesgo de infectar 10 a 15 vacas sanas.

Además, debido a que el tratamiento con antibiótico de las vacas secas solo se permite cuando se prueba mediante análisis de riesgo que la vaca está infectada, es decir hay un criterio técnico de optimización del uso de antibióticos al secado llevado a delante por los veterinarios, los altos RCS es uno de los principales indicadores utilizados para seleccionar vacas para el análisis (mediante cultivo bacteriano o PCR), permitiendo, según la ley danesa, el tratamiento de secado con antibióticos solo si la vaca es positiva a un patógeno mamario mediante PCR. Para ambos tipos de tratamiento, ya sea por altos RCS o PCR, los coeficientes de regresión mostraron que las vacas rara vez se trataban en su última lactación. Es probable que esto se deba a que el agricultor decide sacrificar en lugar de tratar una vaca.
Vacas 1a Lactancia versus vacas de 2 ó más lactancias en su probabilidad de uso de antibiótico?
La regresión logística multivariable mostró un comportamiento diferente del agricultor hacia el tratamiento cuando se trata del número de partos de las vacas. Al parecer hay agricultores que tienden a tratar a las vacas más jóvenes en lugar de a las más viejas, y vice versa. Como las vacas más jóvenes se consideran el potencial futuro de la granja, la decisión de tratar en lugar de eliminar es una decisión más acertada. Por ejemplo las vacas de 2 ó más lactaciones tienen mayor riesgo de nuevas infecciones al periodo seco que las vacas de 1a lactancia (Dingwell et al., 2004; Green et al., 2007; Green et al., 2008), y lo más relevante es que a mayor número de partos/vaca, menor es la cura bacteriológica al secado (Gundelac et al., 2010), lo cual reafirma que mientras antes se trata una vaca en su vida productiva, ya sea en lactación o en el secado, menores son las pérdidas, mayor es la tasa de cura, menor es el riesgo de eliminación del hato y menor es la velocidad de contagio de cuartos sanos.
Como conclusión, se puede afirmar que, es más importante “la forma como se manejada la vaca al secado y durante el período seco, que la extensión del período seco o el antibiótico que se use. (Green etal., 2008)

Eliminar o tratar
La decisión de los productores de eliminar en lugar de tratar a las vacas durante la lactancia se ve afectada por el RCS de la vaca, mientras que la decisión de los tratamientos de secado puede verse más afectada por la edad de la vaca.
La decisión para el tratamiento también puede ser influenciada por el veterinario consultor. Como no tenemos en cuenta al veterinario en nuestros análisis, es posible que la agrupación pueda estar influenciada por el veterinario del rebaño. Otros estudios podrían investigar la influencia del veterinario al incluir al veterinario como un efecto en el modelo.
Las vacas con mastitis clínica que no fueron tratadas pero que fueron eliminadas, como era de esperar, estaban en su última lactación.
Los resultados de esta investigación muestran claramente que los agricultores se comportan de manera diferente. Por ejemplo, los resultados muestran que los indicadores de salud de la ubre pesan más para algunas granjas, mientras que otros usan factores relacionados solo con la producción. Esto indica que un enfoque específico para cada hato para mejorar la salud de la ubre con un enfoque en la optimización del uso de antibióticos puede ser útil.
Por ejemplo, una tasa de eliminación por mastitis de 10% en 1.000 vacas significa 325 millones de pesos menos de producción de leche futura no planificada (1.000 x 10%=100 vacas x 2.5 promedio de lactaciones/eliminadas/vaca= 250 lactaciones x 6.500 litros/lactación = 1.650.000 litros x 200 pesos/litro) (Schepers y Dijkhuizen 1991, Halasa y col 2007).
Los modelos de simulación se usan para examinar y ajustar gradualmente los programas de manejo de la salud de las ubres en diferentes circunstancias (como puede ser, el nivel del problema de la mastitis en el hato, el agente causante de la mastitis, la forma de seleccionar vacas para los tratamientos con antimicrobianos, la forma en que se producen las vaquillas de reemplazo, la velocidad de contagio de cuartos sanos entre otros) lo que permite optimizar adaptando las nuevas tecnologías informáticas a las necesidades específicas de cada hato.

Conclusiones
Los resultados mostraron que, los determinantes que eran más importantes para predecir los tratamientos con antibióticos variaban de una granja a otra. Los indicadores de salud como la PCR o el recuento de células somáticas fueron más indicativos para el tratamiento en algunas lecherías, mientras que otros grupos parecían depender más de los factores de producción (producción de leche) o el posterior sacrificio de las vacas. Esto muestra que los agricultores se comportan de manera diferente y las diferencias se pueden identificar en los datos de registro. Esta información se puede considerar cuando deseamos implementar un programa de Bioseguridad y Bioeconomía de salud mamaria moderna, la cual debe ser específica para cada hato, deben ser comprobablemente rentables para promover entre otros el uso prudente de antibióticos en las granjas lecheras danesas.
Por lo tanto, un enfoque específico de granja asistida por datos para mejorar la salud de la ubre, que considera cómo el agricultor selecciona animales para tratamientos con antibióticos, puede ser útil para motivar al agricultor a adoptar el enfoque propuesto. Esto mejoraría la salud de las ubres y alentaría el uso prudente de antibióticos con consecuencias positivas tanto para el consumidor final como para el sector lácteo productor de leche cruda.
Comentarios
La mastitis sigue siendo una de las enfermedades más comunes de las vacas lecheras y representa una gran pérdida económica para la industria, así como un considerable problema de bienestar para las vacas afectadas (Bradley, 2002; Halasa et al., 2007). A pesar de ser una enfermedad infecciosa, la concentración a menudo se centra en el animal individual con respecto al tratamiento, costo y manejo. El riesgo que representa para el resto del hato de individuos sanos y el impacto potencial de la transmisión de la enfermedad sobre el costo de un caso de mastitis clínica (CM) a menudo se pasa por alto.
Se sabe que el riesgo de transmisión es con mucho el parámetro más influyente que afectan el costo de CM a nivel de vaca individual. Esto fue seguido por la tasa de curación bacteriológica, el costo del sacrificio y la pérdida de rendimiento. Los resultados de este estudio vienen a sumarse a las sugerencias que se debe poner más énfasis en la reducción del riesgo de transmisión en rebaños lecheros cuando se busca minimizar el impacto económico de mastitis que asignar criterios de tratamientos a todas las vacas bajo cualquier circunstancia y estado fisiológico respaldado solo por el empírico hecho de “asegurarme”.
El medio ambiente y manejo tiene una mayor influencia en las mastitis en lactancia temprana que la sola elección de una terapia de secado (Green et al., 2008) entre otras importantes conclusiones dentro del concepto de Precision Dairy Technology (Advanced analysis solutions for future profitability, Bewley., 2010).