
Es conocido que la cantidad y calidad de pasto producido varía a través del año, siendo una limitante en algunas estaciones donde la pradera es insuficiente para satisfacer los requerimientos nutricionales de vacas con altos niveles de producción, especialmente durante los meses de otoño e invierno.
Desbalance pradera otoño-invierno
Durante el otoño e invierno la calidad nutritiva de la pradera se caracteriza por ser desbalanceada, siendo muy rica en proteína cruda y baja en materia seca y carbohidratos no estructurales. Además, durante el otoño la pradera presenta una baja tasa de crecimiento, que varía entre 30-50 kg MS/ha, valor bajo en comparación a los 60-90 kg MS/ha/día alcanzado durante la primavera, lo cual se traduce en disponibilidades de entrada de apenas 2000-2400 kg MS/ha. Esta imperfecta combinación conlleva a una disminución en el consumo de materia seca y energía, cuya gran consecuencia es una reducción en la producción de leche. Considerando que en el sur del país es normal encontrar dos estaciones de parto (primavera y otoño), entonces podemos deducir que un porcentaje de las vacas estarán en peak de producción de leche durante otoño-invierno con un consumo de pradera limitado, de modo que será fundamental la entrega de alimentos suplementarios que permitan incrementar la oferta de nutrientes, complementando de esta forma la deficiencia de la pradera.
Suplementación otoño-invierno
Es importante considerar que la suplementación tiene dos principales objetivos: El primero y más importante es incrementar el consumo de materia seca y de energía en relación al alcanzado con dietas basadas solo a pradera. El segundo, asociado a variables económicas, es optimizar el retorno económico por vaca y por unidad de superficie utilizada, en respuesta al incremento en la producción de leche por animal y por hectárea, respectivamente.
Durante mucho tiempo se ha estudiado el efecto de la suplementación en términos del tipo (forrajes conservados, concentrados, cultivos suplementarios, etc.) y cantidad a entregar (kg/día). El mensaje es bastante claro, la inclusión tanto de forrajes conservados como de concentrado permite mejorar la respuesta productiva de vacas lecheras a pastoreo, siendo mayor la respuesta en animales recibiendo concentrado, en respuesta a su mejor valor nutritivo (bajo contenido de proteína cruda y alto de energía metabolizable) y menor tasa de sustitución de la pradera por alimento suplementario. Sin embargo, últimamente ha existido un particular interés en evaluar el momento del día, el horario al cual los animales deberían tener acceso al suplemento.

Tiempo de entrega
Varios estudios a nivel mundial han evaluado el efecto de variar el horario de acceso a la suplementación, los cuales se han enfocado primariamente en el uso de ensilaje de maíz y concentrado. Este interés por considerar el tiempo de acceso al suplemento, se fundamenta en que los factores que controlan el consumo de materia seca en la mañana son distintos a los de la tarde. En este sentido, se ha visto que factores asociados a la digestión de los alimentos, son los que determinan el término del pastoreo (es decir, el cese del consumo) en la mañana, mientras que en la tarde el cese del pastoreo estaría determinado por la puesta del sol (factores ambientales). En base a esto, varios trabajos han sugerido principalmente en primavera, que tanto el consumo de pradera como la producción láctea deberían ser mayor cuando el suplemento es entregado posterior a la ordeña de la tarde, en respuesta a que en la tarde el consumo no estaría siendo limitado por factores asociados a la digestión de los alimentos y porque existiría un mayor tiempo para el pastoreo. Sin embargo, los trabajos encontrados hasta la fecha han mostrado resultados inconclusos respecto al tema, con estudios sin efecto y otros mostrando una mayor producción de leche y consumo de pradera, cuando la suplementación es entregada en la mañana respecto a su entrega en la tarde.
Estudios nacionales
Como se mencionó anteriormente, los trabajos que han evaluado el tiempo de entrega de la suplementación se han centrado en aquellos que presentan un elevado contenido de energía y bajo de proteína cruda. Sin embargo, el suplemento más utilizado durante otoño-invierno es el ensilaje de pradera en el sur de Chile, cuyo precio es notoriamente inferior a los otros suplementos mencionados, lo que lo hace un alimento de elección en la dieta de vacas lecheras en sistema pastoril.
Al respecto, un estudio realizado en la Universidad Austral de Chile por el equipo de investigación del Dr. Rubén Pulido y su estudiante de Doctorado Ignacio Beltrán, evaluaron el efecto de modificar el horario de acceso a la suplementación con ensilaje de pradera y maíz en vacas lecheras a pastoreo. El ensayo se realizó en otoño del 2015, donde 44 vacas Holstein Friesian al inicio de lactancia fueron agrupadas y asignadas a uno de los tres tratamientos dietarios: 1) BMS: vacas suplementadas con 1,5 kg MS de ensilaje de maíz y 1,5 kg MS de ensilaje de pradera en la mañana y tarde; 2) AMS: vacas suplementadas con 3 kg MS de ensilaje de pradera en la mañana y 3 kg MS de ensilaje de maíz en la tarde; 3) MMS: vacas suplementadas con 3 kg MS de ensilaje de maíz en la mañana y 3 kg MS de ensilaje de pradera en la tarde.
Las vacas se manejaron en un pastoreo rotativo en franjas sobre una pradera permanente dominada por L. Perenne, con una oferta de pradera de 17 kg MS/vaca/día, la cual fue entregada en la tarde. Además, todas las vacas recibieron 3kg MS de concentrado, dividido en cantidades iguales en ambas ordeñas. Como resultado, obtuvieron que el tiempo de entrega del suplemento permitió modificar la producción y composición láctea. En este sentido, fue posible encontrar una mayor producción de leche en vacas recibiendo ensilaje de maíz en la mañana, aun cuando el consumo de pradera y total fue similar entre tratamientos. Esta mayor producción de leche en las vacas que recibieron el ensilaje de maíz en la mañana fue asociada a un uso más eficiente del nitrógeno, en respuesta a su menor concentración de urea en sangre en comparación a los otros tratamientos. Una menor concentración de urea en sangre es indicativo de un menor gasto energético, en respuesta a que la conversión del excedente del nitrógeno a urea a nivel hepático implica un gasto energético, lo cual sugiere que las vacas recibiendo ensilaje de maíz en la mañana y ensilaje de pradera en la tarde tuvieron una mayor cantidad de energía disponible para producción de leche. Sin embargo, la composición láctea fue similar entre tratamientos, excepto para proteína en leche, siendo mayor en vacas que recibieron ensilaje de maíz en la tarde. La menor concentración de proteína láctea en vacas, recibiendo ensilaje de maíz en la mañana, estaría asociado a una dilución en la concentración de sólidos en leche, en respuesta a su mayor producción láctea.
¿Ensilaje de pradera y/o maíz en la mañana o en la tarde?
La respuesta va a depender del mercado y de los objetivos del productor, ya que si bien fue posible modificar la producción y composición láctea, no se logró hacerlo bajo la misma estrategia nutricional. Si el objetivo es producir un mayor volumen de leche, la recomendación sería entregar el ensilaje de maíz en la mañana y en ensilaje de pradera en la tarde. Por el contrario, si el objetivo es tener una mayor concentración de proteína en leche, la mejor estrategia es entregar el ensilaje de maíz en la tarde y en ensilaje de pradera en la mañana.