La epifanía del cambio

«El pájaro rompe el cascarón. El cascarón es el mundo. Quien quiera nacer tiene que destruir el mundo. El pájaro vuela hacia Dios. El dios se llama Abraxas» (Herman Hesse).

¡Albricias! Los cambios son una fuente erótica de posibilidades, son la esencia de lo humano, cada célula en la intimidad de su autopoyesis va generando la renovación que hace posible la inestable y milagrosa capacidad de ser algo vivo.

Siento gratitud por la vida que me ha tocado fabricar junto a todos, desde los familiares más estrechamente vinculados a mi existencia, como a aquellos vinculantes que han hecho posible la construcción de mis sueños, algunos pequeños, otros más intrincados y poderosos.

Alguna vez imaginé el tiempo como el helicoide del ADN, muy diferente a la concepción lineal que nos inoculan en el colegio. Según esta idea, avanzamos en ciclos, volvemos a un paisaje que tiene mucho de lo anterior, pero ya no es lo mismo, ni nuestro yo tampoco. Ilusamente llegué a pensar que mi ocurrencia era original, sin embargo hace 2500 años lo había expuesto magistralmente Heráclito. La realidad que vemos es una ilusión, está cambiando permanentemente, por eso un hombre nunca podrá cruzar dos veces el mismo río, dijo el filósofo, porque el río no será el mismo, y el hombre tampoco.

Esta mirada añosa y provocativa sigue siendo inspiradora. Así, os anuncio un gran cambio: luego de 15 años de existencia, DLECHE se transforma, muta, crece, evoluciona para dar paso a otra forma de expresión, acorde a lo que la modernidad exige. Así como Gutenberg fue el gran acicate para el desarrollo de una época, hoy son los tiempos de las creaciones de Steve Jobs, Bill Gates, Mark Zuckerberg y tantos otros opacados por la luz de estos titanes.

DLECHE deja el papel para embarcarse en la impostergable travesía digital, un espacio donde diariamente se producen millones de interacciones, que dan cuenta de las nuevas formas de comunicación que dominan el mundo. La inasible dimensión de la red impacta, y a veces nos abruma. Sin embargo, comunicacionalmente nos permite llegar con nuestro mensaje a audiencias masivas, y también segmentadas de acuerdo a objetivos específicos. Esta virtud posee un evidente valor comercial, ya que la web y plataformas como Facebook e Instagram ofrecen acceso a estadísticas objetivas, que otorgan certezas a las empresas que apuestan por ellas para difundir sus productos y servicios.

Amigos, colaboradores, empresarios y ejecutivos que han hecho posible la existencia de DLECHE durante 15 años, les manifiesto públicamente mi gratitud por la fe que pusieron en el trabajo que junto a un pequeño equipo hicimos cada mes con nobleza, convicción y calidad profesional.

Todo cambio es bueno y, las más de las veces, necesario. Pasar de lo concreto a lo etéreo, de estar con los pies en la tierra a ser un aventurero navegante de la web, es un salto, desde todo punto de vista, alucinante.

Nos encontramos en dleche.cl.