DE LA NADA A LA MUERTE

Felipe Pino San Martín NUTRIVET, Nutrición Veterinaria Médico Veterinario. Universidad de Chile PhD Ciencias Animales, Mención Nutrición de Rumiantes Pennsylvania State University, USA pinovet@gmail.com

Están presentes, son una realidad y provocan múltiples problemas en los sistemas lecheros de todo el mundo, el tema es que su presencia puede pasar desapercibida por largo tiempo y cuando las condiciones son las adecuadas, pueden producir la muerte.

Las micotoxicosis se definen como enfermedades que se presentan en animales y el hombre, producidas por micotoxinas, elementos tóxicos elaborados por distintos tipos de hongos que crecen en plantas, henos, silos, granos, subproductos y otros alimentos almacenados. Estas micotoxinas son producidas por una gran variedad de hongos filamentosos, entre los que se destacan los géneros Aspergillus, Fusarium, Claviceps, Penicillium y Stachybotrys. Estos hongos, en situaciones ambientales específicas y óptimas, suelen producir estas sustancias tóxicas, siendo las aflatoxinas, ocratoxinas, fumonisinas y tricotecenos, las más conocidas que afectan a los animales. Esto no es nuevo, las micotoxicosis han sido descritas desde la antigüedad y para algunos investigadores fueron la causa de la última de las diez plagas de Egipto.
Los hongos son vegetales que necesitan de un sustrato que contenga materia orgánica para poder desarrollarse, crecer y multiplicarse. El desarrollo de hongos y la producción de micotoxinas son favorecidas y dependientes de una serie de factores, como son la temperatura, la humedad, y el sustrato en el cual se están desarrollando. La cantidad de agua existente en el ambiente y en los sustratos es uno de los principales factores para el desarrollo de los hongos. Aunque el valor de humedad de un alimento solo indica la posibilidad de crecimiento y proliferación de los hongos, se puede decir en general que alimentos con valores inferiores a 13% de humedad, van a tener un crecimiento y proliferación muy bajos. Por encima de este valor el crecimiento de los hongos se facilita. La temperatura óptima para el desarrollo de los hongos se encuentra entre 25 y 30ºC y pH entre 4 y 8. La mayoría de ellos no crecen por debajo de 5 a 8ºC y son aerobios (necesitan oxígeno para vivir). Una carencia de oxígeno condiciona el crecimiento y su ausencia puede producir la muerte de los mismos. Es por esta razón que los hongos proliferan fuertemente en ensilajes mal hechos, donde la disminución del pH no es el adecuado y existe presencia de aire entre las fibras de pasto. Otro factor importante es que en ciertas circunstancias, el almacenamiento de los granos no es el adecuado, se pueden generar zonas de alta humedad y alta temperatura, lo que puede generar el desarrollo de hongos y micotoxinas, las cuales pueden contaminar amplias zonas de almacenamiento.
Las micotoxicosis causadas por ingestión de alimentos contaminados, pueden generar distintos cuadros subclínicos, clínicos y patológicos en los animales y en el hombre.

La FAO ha estimado recientemente que el 25% de las reservas de grano del mundo están contaminadas por micotoxinas.

Animales expuestos a las micotoxinas puede generar carcinogénesis, teratogénesis, inmunosupresión y cuadros clínicos de neurotoxicidad, nefrotoxicidad, hepatotoxicidad, mielotoxicidad, toxicidad pulmonar y endocrina; siendo el mecanismo más importante para la aparición de signos clínicos, el estrés oxidativo y la inmunosupresión.
Algunas de las características que se puede observar en los predios y que nos podrían hacer sospechar de problemas de micotoxinas son:
• Los veterinarios generalmente ven signología clínica no específica, interviniendo con frecuencia sin que se identifique la causa del problema.
• Los trastornos no son transmisibles entre animales. Sin embargo, afectan a el grupo de animales que están bajo el mismo esquema alimenticio o utilizando los mismos insumos.
• No dan resultados los tratamientos con antibióticos.
• Los brotes de micotoxicosis en ensilajes pueden ser estacionales y están asociados con características climáticas especiales.
• La enfermedad está relacionada con un alimento en particular.
• El examen cuidadoso del alimento sospechoso puede revelar signos de desarrollo fúngico. Es importante destacar que no todos los alimentos que presenten hongos visibles tienen la presencia de micotoxinas.
• Baja producción respecto al nivel nutricional suministrado

A continuación, se describen las principales micotoxinas encontradas en ensilajes y alimentos destinados a la alimentación animal.
Aflatoxinas
Son micotoxinas cancerígenas, teratogénicas, mutagénicas, que tienen tropismo por órganos como hígado, cerebro y riñón. Se han descrito 18 tipos de esta micotoxina. El metabolito tóxico más importante de este grupo es la Aflatoxina B1, es habitual en alimentos almacenados; esta micotoxina se ha descrito como un potente carcinógeno dietario y está implicado en la etiología del carcinoma hepatocelular. Además, se ha asociado a inmunosupresión y a graves déficit nutricionales ya que disminuye la absorción de nutrientes, inhibición en la síntesis de proteínas. La intoxicación con esta toxina se denomina aflatoxicosis, la cual puede ser clínicas: aguda y crónica. La forma aguda está asociada a nefrotoxicidad, cardiotoxicidad y principalmente a hepatotoxicidad, generando un cuadro caracterizado por ictericia, dolor abdominal e insuficiencia hepática, provocando de esta manera la muerte. La forma crónica está relacionada con desnutrición proteica, carcinogénesis e inmunosupresión. Es característico de esta intoxicación, ver vacas con una muy baja CC a pesar de estar consumiendo una buena dieta.

Ocratoxinas
Son contaminantes habituales de cereales, café, pan y alimentos de origen animal. Se han descrito cinco tipos de ocratoxinas, siendo la más tóxica la ocratoxina A. Sabemos que es nefrotóxica, cancerígena y mutagénica. Es absorbida en el tracto digestivo, especialmente en el intestino delgado y de ahí es transportada a través de la sangre, principalmente a los riñones y en una menor concentración se deposita en el hígado, en músculos y en grasa. La ocratoxina A es nefrotóxica, hepatotóxica, teratogénica e inmunotóxica. Generan estrés oxidativo, producción de radicales libres, que inducen a la inhibición en la síntesis de proteínas, interfieren con los sistemas metabólicos, promueven la oxidación de los lípidos de membranas, perturban la homeostasis del calcio, inhiben la respiración mitocondrial y provocan daño del DNA. Cuadros clínicos generan nefritis progresiva crónica y de lenta evolución produciendo insuficiencia renal crónica.

Siempre el almacenaje de productos deben ser en bodegas ventiladas y secas.

Tricotecenos
Son producidos por hongos del género Fusarium. De estas micotoxinas se han identificado más de 200 grupos. Son contaminantes habituales de cereales y pueden generar toxicidad tanto en animales como en seres humanos. El mecanismo de toxicidad de estas micotoxinas está asociado a daño en el RNA provocando la inhibición de la síntesis de proteínas, generando de esta manera toxicidad, inhibición de la síntesis de ADN y ARN, alteración en la división celular y en las estructuras de las membranas.
Se trata de una intoxicación caracterizada por inflamación de la piel y daño a los tejidos hematopoyéticos. La fase aguda se acompaña de necrosis en la cavidad oral, sangrado de la nariz, de la boca y la vulva, además de trastornos del sistema nervioso central y digestivo comprometiendo la integridad del epitelio y de las células inmunes a nivel intestinal, generando así altas tasas de mortalidad dada su predisposición a infecciones oportunistas, lo que generan cuadros de diarreas explosivas en vacas, las cuales se deshidratan rápidamente, pudiendo generar la muerte.

Fumonisinas
Son un grupo de micotoxinas que contaminan el maíz y son producidas principalmente por hongos del género Fusarium. Existen 15 tipos de fumonisinas agrupadas en cuatro categorías (A, B, C, P); siendo las más conocidas FB1, FB2 y FB3, de las cuales FB1 es la más tóxica y representa aproximadamente 70 % del total de las fumonisinas.
Las intoxicaciones con esta toxina se han asociado al consumo crónico de maíz y de alimentos derivados de este cereal, que están contaminados con pequeñas concentraciones de FB1. Los síntomas en animales se han relacionado a edema pulmonar, hepatotoxicidad, neurotoxicidad y nefrotoxicidad.
El consumo de alimentos preparados con cereales contaminados con esta micotoxina se ha asociado a intoxicaciones agudas, en las cuales se presentan manifestaciones gastrointestinales como, diarrea, dolor abdominal y deshidratación. También se ha relacionado con malformaciones congénitas en terneros, ya que disminuyen la absorción de ácido fólico en gestantes.

Diagnóstico
• Es importante hacer un análisis detallado y meticuloso de los alimentos sospechosos. Los efectos tóxicos con bajos niveles de contaminación pueden tardar varias semanas en aparecer.
• El curso de la enfermedad y el tipo de lesiones puede estar relacionado con la clase de micotoxinas y la predisposición de cada animal.
• La muestra a analizar debe ser representativa ya que sólo una parte del alimento puede estar contaminado.
• Los alimentos con hongos por lo general son parcialmente rechazados por los animales y, esta disminución de la ingesta, también contribuye a la pérdida de peso y CC que ocurren en algunos casos de micotoxicosis.
• El calor, cambios químicos (acidez) y la luz solar son los elementos que pueden alterar la estructura y actividad de dichos hongos. Muy predisponente durante la primavera en las caras expuestas de los ensilajes.
• El análisis de laboratorio depende fundamentalmente de una muestra representativa, bien conservada y de una exacta y detallada historia clínica. El análisis puede ser por Elisa y HPLC. Ambos de alto costo.
• La presencia de hongos en el alimento no necesariamente indica presencia de micotoxinas, ya que la producción de éstas depende de la temperatura, humedad, tipo de substrato, cantidad de alimento contaminado, etc.
• Las mezclas alimenticias (raciones, pellet) son complejas y dificultan el análisis.

 

Signología Clínica
Aguda
Puede sobrevenir la muerte sin signos clínicos después de una situación de estrés (partos, transporte, etc.). Otras veces se presenta anafagia, depresión, ataxia, disnea, anemia, epistaxis y melena. Ocasionalmente, se pueden presentar convulsiones. En terneros se han visto cuadros clínicos con sintomatología nerviosa, con ceguera, ambulación en círculos, caídas frecuentes y contracturas espasmódicas de las orejas. En vacas se ha visto aborto.

Subaguda
Estos animales presentan ictericia, hipoprotrombinemia, hematomas (principalmente subserosos y subcutáneos), enteritis hemorrágicas con prolapso rectal y ascitis. Puede sobrevenir fotosensibilización secundaria.

Crónica
Esta forma posiblemente es la que más importancia tiene en la economía de los predios. El comienzo de la aflatoxicosis crónica es perjudicial. Puede haber reducción del consumo de alimentos, disminución de la producción láctea, pelo hirsuto, anemia, abdomen abultado, ictericia leve y eventualmente depresión y anafagia.
En este estado de la enfermedad es muy difícil su diagnóstico. Animales con dietas deficientes en proteínas pueden ser más severamente afectados. Alimentación continuada con bajos niveles de aflatoxinas pueden causar desarrollo de hepatomas benignos, carcinoma de conductos biliares y carcinoma hepatocelular.
Otros signos de aflatoxicosis crónica es la susceptibilidad aumentada a varias enfermedades infecciosas. La aflatoxina M se elimina por la leche y puede provocar la enfermedad en los terneros lactantes. Esto también representa un peligro para la salud humana, pues se han detectado concentraciones en leche de 0.33 mg/L. También se han observado lesiones características de cirrosis hepática en terneros recién nacidos y se debe al paso de la toxina a través de la placenta.

Las micotoxinas son contaminantes de los alimentos al que se les debe respeto y hay que tener una actitud permanente de buscar síntomas en el ganado, porque sus manifestaciones pueden ser muy sutiles, como una baja de la producción de leche o como un desarrollo lento de los animales.
Es importante comprar alimentos de buena calidad y que estén en buen estado. Al mismo tiempo es de Perogrullo almacenarlos en bodegas adecuadas, con buena ventilación y evitando la humedad.
Las micotoxinas pueden restar mucho a cualquier sistema de producción animal porque en general son poco demostrativas y por eso existe la creencia de que no existen en el predio.
En el próximo artículo hablaremos de cómo prevenir estos problemas, cómo tratarlos si es que ya lo tenemos y el beneficio de uno u otro tratamiento.